EL CENTINELA DEL DOKE
Poema del "Chiqui" en homenaje a Domingo Roa y a la gloriosa militancia que apostó al peronismo sin pedirle nada a cambio.
EL CENTINELA DEL DOKE
Un Poema de Jorge Chiqui Falcone
De chiquito te llamaban Chuculata,
porque naciste color cacao.
Sentado ante el balcón de tu torre de El Doke,
a veces regresás al Puente de Gerli
para saltar sobre el techo incandescente de aquel tren
y volvés a quemarte por todos los negros del mundo
para escribir al carbón y simplemente
Perón y Evita.
En el mismo a veces El Primer Trabajador
te cruza en el paso a nivel de Longchamps
y te sube al descapotado en que viaja a San Vicente
con La Abanderada de los Humildes.
Algunas veces retornás también
al "Mi Club" de Banfield
para conquistar a Gladys al son de Los Wawancó.
O cruzás la calle con sábanas pintadas
junto a los compas de Grafa,
que claman nuevamente
por Evita y por Perón.
O yugás como buey en la Viplastic de Burzaco
con un FAL de los verdes en la espalda.
Decíme una cosa, viejo hermoso,
me cago en Dios:
¿Serás vos el que tiene que poner la trucha ante la Nación
y rendir cuentas por El Brujo o El Riojano…
será mi vieja, pregunto yo?
¿Figuraba en el Programa del FREJULI
aniquilar a la subversión,
incluía la Revolución Productiva
vaciar el Estado hasta la postración?
¿Quedan motivos aún para llevar la frente en alto
sin omitir personalismos ni burocratización?
¿Porqué cuando la dirigencia se limpiaba el culo
con el movimiento nacional
vos -que nunca pudiste ahorrar ni un cobre-
fundaste la Confederación de Jubilados Peronistas,
me querés decir?
A veces me consta que evocás
aquel intento de afano en la Torre Diez…
y el bastón que le partiste en la frente
al chorro que te encañonó.
¿Sabés qué, Chuculata?:
Quedan giles que compraron
que el peronismo es un bombo,
una santa y un balcón.
¡Que se jodan, che!
Porque en ningún aula
se lo van a aclarar,
ni en ningún programa de TV.
Ahora aguantás el último bondi
cogoteando a través de la persiana
por ver si hay resto
para volver a cruzar los puentes
como aquella vez…
Decíme algo más, mi viejo:
¿También recordás aquella medallita
que te obsequió El General camino a Glew,
la que conservaste hasta su arrebato,
en la pileta de un club?
No, mejor no digas nada.
Vas a salir con lo de siempre,
me vas a hacer lagrimear,
y nos van a tomar por boludos a los dos…
con eso de “nunca supe si era de oro
porque jamás la quise vender”.-
(12/1/08)
A Domingo Roa
y a la gloriosa militancia que apostó al peronismo
sin pedirle nada a cambio.
JORGE FALCONE
(del poemario inédito "También estuve aquí")
Otras obras del autor: Solicitar "La Gomera de David" en www.distribuidoracultural.org